El Ángel y Miguel Ángel
Cuando Miguel Ángel falleció, un tipo regordete vestido de blanco le preguntó si prefería ir al cielo o al infierno. Miguel Ángel, que siempre fue un hombre sensato y poco propenso a las decisiones precipitadas, solicitó que le explicasen en qué consistía cada uno.
-El cielo se parece a la Tierra, pero sin dolores, miedos ni frustraciones. Todas las personas tienen exactamente lo que necesitan para ser felices, ni más ni menos. De los viudos y viudas que volvieron a casarse hay tres copias: una con cada una de sus parejas, más una adicional soltera. Además, puedes elegir la edad que prefieras. También puedes escoger tu aspecto; y el precio de la gasolina es increíblemente bajo.
-¿Y el infierno?
-Igual que el cielo, solo que siempre tienes ganas de mear.
Miguel Ángel lo pensó largo rato y finalmente preguntó:
-¿Podría quedarme en la Tierra como fantasma?
El hombrecillo sonrió.
-Si lo haces para poder colarte en los vestuarios de las chicas, no merece la pena. Podemos ir a verlos ahora, antes de que tomes una decisión. Te garantizo que empezarás a aburrirte mucho antes de lo que piensas.
-No es por eso… -contestó Miguel Ángel.
-¿Entonces?
-Bueno… Has dicho que tendré todo aquello que necesite para ser feliz, ni más ni menos… Y eso significa que no me dejarán pensar nunca más.
(Porcentaje de realidad: 5%)
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